Comprender la estructura de capital es fundamental para comprender quién recibe el pago durante una quiebra corporativa. La estructura de capital se refiere a cómo una empresa financia sus operaciones generales y su crecimiento a través de diversas fuentes de fondos, principalmente deuda y capital. El orden en que se reembolsan estas fuentes de capital en caso de quiebra determina cuánto, si acaso, recibe cada categoría de inversor. Las empresas suelen financiarse mediante la emisión de una combinación de los siguientes instrumentos: Deuda garantizada: Se trata de préstamos o bonos respaldados por activos específicos de la empresa. En caso de quiebra, los acreedores garantizados tienen derecho a recuperar sus préstamos vendiendo la garantía subyacente. Deuda no garantizada: Estos préstamos no están respaldados por ningún activo específico. Si bien siguen teniendo mayor prioridad que los accionistas, los acreedores no garantizados solo reciben el pago después de que los acreedores garantizados estén satisfechos.
Deuda subordinada: Este es un tipo de deuda no garantizada que se clasifica por debajo de la deuda no garantizada regular y solo se reembolsa si se satisfacen todas las reclamaciones de mayor prioridad. Capital preferente: Los accionistas preferentes reciben dividendos y el producto de la liquidación antes que los accionistas ordinarios, pero después de todos los tenedores de deuda. Capital común: Estos son los accionistas regulares, los verdaderos propietarios de la empresa, pero son los últimos en la fila cuando se trata de reclamaciones sobre los activos de la empresa. Este orden de prioridad dicta la distribución de los ingresos durante la insolvencia. La "regla de prioridad absoluta" a menudo rige este orden, ordenando que una clase de menor prioridad solo puede recibir el pago una vez que los superiores estén completamente compensados.
Por lo tanto, los accionistas están en la parte inferior de la "cadena alimentaria" financiera. Incluso dentro del capital, los accionistas preferentes tienen mayor prioridad que los accionistas comunes. Durante la insolvencia, todos los gastos y honorarios legales se pagan antes que los acreedores, lo que diluye aún más los fondos restantes. Comprender esta jerarquía ayuda a los inversores a evaluar el riesgo asociado a los diferentes tipos de valores y a aclarar los posibles resultados en escenarios adversos.